Ursula von der Leyen y Donald Trump, durante la reunión que mantuvieron en el foro de Davos en enero de 2020

Ursula von der Leyen y Donald Trump, durante la reunión que mantuvieron en el foro de Davos en enero de 2020 Comisión Europea

Europa

La estrategia del palo y la zanahoria de la UE para Trump: "Sólo piensa en lo que gana o lo que pierde"

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"Si extraemos lecciones de la historia, es decir, de la forma en que condujo su primer mandato, Trump es evidentemente una amenaza (para la UE). Sólo hay que ver los recargos arancelarios o su (falta de) compomiso con la OTAN o en la lucha contra el cambio climático". Salvo sonadas excepciones, estas palabras de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, pronunciadas en enero de este año recogen el sentir general de los líderes europeos sobre la posible victoria del candidato republicano en las elecciones estadounidenses del próximo 5 noviembre.

Bruselas lleva meses preparándose para todos los escenarios posibles que salgan de estos comicios. Después de que Trump animara en febrero a Rusia a hacer "lo que quiera" con los países de la OTAN que no "paguen lo que deben" en defensa, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, decidió crear un grupo de trabajo específico al que encargó diseñar planes de contingencia. El resultado es una estrategia del palo y la zanahoria, de premios y castigos, para lidiar con el candidato republicano. Una iniciativa que se ha desarrollado con el máximo secretismo y cuyos detalles aún se desconocen.

En su primer mandato, Trump cogió por sorpresa a los dirigentes comunitarios, que daban por descontado que su llegada a la Casa Blanca le moderaría. La primera salva de fuego llegó con los aranceles a las aceitunas negras de España, pero ni siquiera entonces los mandamases de la UE creyeron que EEUU les iba a declarar una guerra comercial total. Estaban completamente desarmados para el conflicto.

Trump tuvo así el frente totalmente despejado para golper primero con recargos al acero y al aluminio, y para actuar después contra los productos agrícolas comunitarios, en este caso como represalia por las ayudas públicas al fabricante de aviones Airbus. Tampoco dudó en tachar a los europeos de "enemigos". La llegada al poder de Joe Biden apenas supuso una tregua en esta guerra, ya que muchos de los aranceles contra la UE (empezando por los que afectan a las aceitunas negras) ni siquiera se han eliminado.

Si gana el 5 de noviembre, Trump ha prometido en campaña que impondrá un recargo general de entre el 10% y el 20% a todas las importaciones (incluyendo las europeas), que en el caso de China se elevará al 60%. Unos aranceles que reducirían las exportaciones europeas en 150.000 millones al año. En una reciente entrevista a Bloomberg, el candidato ultra se quejó de un déficit comercial que él sitúa en 300.000 millones de dólares (una cifra falsa, la real es de alrededor de 125.000 millones en 2023). "La UE nos trata tan mal", dice Trump.

Pero esta vez, la UE ha preparado un arsenal completo para responder a cualquier decisión de trump "desde el minuto uno", según confirman a EL ESPAÑOL-Invertia fuentes europeas. Una lista de pequeños acuerdos que Bruselas ofrecerá a Trump desde el primer momento, pero también una lista de productos estadounidenses para golpear donde le haga más daño si el candidato republicano no atiende a razones y prosigue con sus aranceles. Se trata de prepararse para lo mejor y para lo peor.

El ejemplo que manejan los líderes europeos de miniacuerdo que se le puede ofrecer a Trump es el 'pacto de la langosta'. En agosto de 2020, el entonces comisario de Comercio, el irlandés Phil Hogan, cerró un trato con el enviado de Trump, Robert Lighthizer para eliminar los aranceles sobre las importaciones de productos de langosta viva y congelada de los Estados Unidos. A cambio, Estados Unidos recortó un 50% sus recargos sobre una serie de productos europeos como artículos de cristalería o encendedores.

El impacto real de este acuerdo fue ínfimo: las compras de langostas norteamericanas en Europa apenas ascendían a 100 millones de euros, mientras que las importaciones de mercancías de EEUU a la UE supusieron 358.500 millones en 2022. Pero sí que sirvió para rebajar la temperatura de la guerra comercial. "Era un trato de bajo nivel, pero demostró que Trump está dispuesto a negociar si hay algo que le interesa de forma directa, incluso si eso va en contra de su retórica. Trump es un mercantilista, solo piensa en térmimos de qué puede ganar o perder", señalan las fuentes consultadas.

Si la negociación fracasa, el modelo del contraataque que ha preparado Bruselas se asemeja al diseño de los recargos arancelarios que la UE impuso a EEUU como represalia por el caso del aluminio y el acero. El Ejecutivo comunitario decidió entonces golpear a Trump donde más podía dolerle, castigando productos icónicos como las motos Harley-Davidson o el whisky bourbon. Unos artículos que además se fabrican en estados bisagra donde estaba en juego el poder de los republicanos en las siguientes elecciones.

Estos recargos están suspendidos hasta marzo de 2025 y se reactivarán si Washinton no levanta sus aranceles contra el acero y el aluminio europeos. Pero además la Comisión ha preparado otra lista top secret de productos estadounidenses con el fin de hacer el máximo daño posible a los republicanos, ya que sus votantes serían los máximos perjudicados. 

El objetivo último es que Trump regrese cuanto antes a la mesa de negociación. Al fin y al cabo, su biografía autorizada se titula El arte del trato.