Domingo 11 de diciembre por la mañana, la misa estaba terminando cuando una explosión producida por 12 kilos de dinamita, según las primera informaciones, segaba la vida de al menos 25 personas en El Cairo y hería a otras 49.
El atentado, que al cierre de esta edición no había sido reivindicado por ningún grupo, tenía lugar en el corazón cristiano cairota, en la catedral copta situada en el barrio de El Abasiya, y suponía un durísimo golpe contra esta minoría y todo el país, justo cuando el turismo empieza a recuperarse lentamente.
Era festivo en Egipto debido a la celebración del nacimiento del Profeta Muhammad. Las fechas importantes de los calendarios religiosos musulmán y cristiano son días de asueto en el país. Pero el día sagrado de los cristianos se tiñó de sangre. A las puertas de la catedral durante horas varios centenares de personas se concentraron para solidarizarse con las víctimas y exigir responsabilidades.
"Estamos aquí para saber cómo ha podido ocurrir, cómo ha podido explotar (una bomba) dentro de (el complejo de) la Catedral", dijo a Efe Maikel Yamini, un cristiano de 29 años. Las personas concentradas frente al tempo gritaban lemas como: "Si la sangre de los egipcios es barata, que se vaya el presidente", o "Con el alma y la sangre protegeremos nuestras iglesias". Y pedían la dimisión del jefe de Estado, Abdelfatah al Sisi, y del ministro del Interior, Magdy Abdelgafar.
Por lo general cristianos y musulmanes conviven sin mayores problemas, aunque desde hace años se han vivido episodios de tensión
El papa Tawadros II, que se encontraba de viaje oficial en Grecia, regresaba a la capital egipcia a última hora de la tarde. Algunas fuentes apuntaron a que el hecho de que el líder de la iglesia copta estuviera fuera pudo haber provocado una merma en la seguridad de la catedral. “No sé cuál es la razón de este ataque hoy en una iglesia, excepto que era un objetivo fácil y que a algunos terroristas no les gustan los cristianos. Creo que después de esto, todo el mundo se va a preguntar si ellos son también objetivos fáciles y probablemente habrá más barreras alrededor de edificios clave”, señalaba Angus Blair, presidente del centro de investigación y laboratorio de ideas con sede en El Cairo, Signet Institute.
Los cristianos representan alrededor del 10% de la población egipcia y son ortodoxos, coptos católicos y protestantes en su mayoría, aunque también hay un pequeño porcentaje de la iglesia armenia ortodoxa y católicos sirios.
Por lo general cristianos y musulmanes conviven sin mayores problemas, aunque desde hace años se han vivido episodios de tensión y altercados violentos sobre todo en el sur del país, en la provincia de Minya.
Un terrorismo "infame"
El último ataque grave con bomba contra un templo egipcio tuvo lugar en Alejandría la noche de San Silvestre de 2011 y dejó más de una veintena de fallecidos. Ese mismo año, el 29 de enero, hubo un ataque de un grupo de personas enmascaradas a la iglesia de Mary Gerges y la Sagrada Familia, en la ciudad de Rafah. En marzo de 2011 otra iglesia en una pequeña localidad de Giza fue incendiada.
Tras la revolución del 13 de junio de 2013 en la que el presidente Mursi fue expulsado del poder hubo un ataque en una iglesia en el barrio cairota de Heliópolis y otra fue incendiada en el de Al Marg, dos en Maadi y una en Helwan, según datos del periódico egipcio Al Shuruk. En ese mismo momento, en Giza (El Cairo) tuvo lugar una explosión que dejó cuatro muertos y otros cuatro ataques en sendos templos. Asimismo se dieron altercados y ataques en otras localidades del país.
El presidente egipcio Abdel Fatah Al Sisi ha declarado tres días de luto oficial. “Egipto, como siempre, tan sólo ganará en fuerza y unidad al enfrentarse a esas situaciones", dijo en un comunicado.
El imán de Al Azhar, la más alta institución del islam sunita, condenó el ataque, denunciando un terrorismo "infame" dirigido contra "almas inocentes”. Ese era el sentir mismo de los egipcios, que hicieron cola para donar sangre en varios hospitales pese a que desde el ministerio de Sanidad se había informado de que no era necesario.
La persecución de los cristianos
El brutal asesinato el verano pasado del sacerdote Jacques Hamel en una iglesia de Saint Etienne du Rouvrai, en Francia, a manos de dos miembros del autodenominado Estado Islámico (EI) hizo temer la llegada a Europa de una forma de intimidación a la que los cristianos están acostumbrados en Oriente Próximo, como señalaba entonces un artículo de The Wall Street Journal.
Según el informe anual de 2016 Open Doors, una entidad sin ánimo de lucro con sede en Reino Unido, que estudia la violencia y la discriminación por motivos religiosos contra los cristianos, las cifras empeoraron en 2015, con una mayor persecución tanto en África y Oriente Medio.
“Los titulares se centran en Oriente Próximo, pero hubo más asesinatos de cristianos debido a su fe en el norte de Nigeria en 2015 que en todo el resto del mundo: 4.028 de las 7.100 muertes en total”, señala el informe. Como consecuencia, dicen, millones de cristianos han tenido que cambiar sus casas para ir a campamentos de refugiados con el riesgo que eso supone de acabar en manos de los traficantes de seres humanos.
Uno de cada seis cristianos sufre persecución o discriminación por causa de la religión. En Irak y Siria dicen que se trata de un genocidio
Cáritas Italiana publicaba en 2015 en el diario del Vaticano, L’Osservatore Romano, que los cristianos enfrentan la persecución mundial generalizada, la discriminación y la violencia a manos de los regímenes totalitarios. En el informe se identificaron los países más peligrosos para los cristianos, entre ellos Corea del Norte, donde entre 50.000 y 70.000 cristianos están detenidos en campos de detención. Oriente Próximo sigue siendo un foco muy importante de persecución y especialmente trágica es la situación de los cristianos en Irak y Siria que se enfrentan a la amenaza del EI, apuntaba aquella información.
Por su parte, la Institución de la Iglesia Católica 'Ayuda a la Iglesia Necesitada’ (AIN), en su informe bianual sobre la libertad religiosa en el mundo, que estudia el periodo entre julio de 2014 y junio de 2016 y que fue presentado hace a penas un mes, afirma que uno de cada seis cristianos sufre persecución o discriminación por causa de la religión. Respecto de la situación en Irak y Siria dicen que se trata de un genocidio.
Ayuda a la Iglesia Necesitada considera que el "islam extremista es la principal amenaza a la libertad religiosa y la principal causa de discriminación". Según el informe, en los dos últimos años, los ataques perpetrados contra minorías religiosas en Oriente Próximo "nos han hecho conscientes de la aniquilación total de la libertad religiosa en esa parte del mundo”.
El informe pone de manifiesto también que en el período estudiado la libertad religiosa ha disminuido en 11 (casi la mitad) de los 23 países clasificados como de “persecución”. Señalan asimismo que en otros siete de los países incluidos en esta categoría, los problemas ya son tan agudos que apenas pueden empeorar.
De los 38 países que sufren violaciones graves de la libertad religiosa, el 55% se ha mantenido estable en lo que a la libertad religiosa se refiere y en el 8% de ellos (es decir, tres países: Bután, Egipto y Qatar) la situación ha mejorado.