Carmen Calvo: “Si nosotras no parimos, España no existe. Hace falta un gran debate sobre la maternidad”
- "Vamos a rendir un homenaje a la Constitución cuando cumpla 50 años: garantizarle otros 50" | "La teoría queer fomenta identidades de género y eso va a contramano de la idea del bien común".
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"Cuando llega el día de la Constitución pasa siempre igual", nos dice Carmen Calvo (Cabra, Córdoba, 1957) "te quedas deshuesada de tantos actos y conmemoraciones, conferencias y entrevistas". Acaba de finalizar una charla que se ha alargado más de la cuenta.
Nos cruzamos con el equipo de TVE por los amplísimos pasillos del soberbio edificio del Consejo de Estado, en la calle Mayor (Madrid). Preside la sala de juntas una copia anónima del XIX de un retrato de Tiziano de Carlos V, el fundador de la institución. A pesar de no ser vinculantes, prácticamente el 99% de los dictámenes emitidos por este órgano son secundados por los órganos consultantes.
Carmen Calvo preside la institución con entrega y profesionalidad, como todos los cargos que ha desempeñado. Persona activa y comprometida con el feminismo y los valores democráticos, Doctora en Derecho Constitucional, se ha embarcado, además, en una proyecto singular. Junto a otras profesionales como la abogada y política Paquita Sauquillo y la magistrada María Luisa Balaguer, han formado un grupo de trabajo para elaborar una propuesta de reforma de la Carta Magna más acorde con nuestros tiempos. Se presentará en 2028, coincidiendo con el 50 aniversario.
La presidenta del Consejo de Estado lleva una vida intensa y cronometrada. Echa en falta tiempo libre para no hacer nada. No es fácil, por no decir imposible, sonsacarle una crítica al Gobierno. Para ella pertenecer al socialismo español está por encima: "Discrepo hasta que me desgañito en el debate interno del partido, pero luego acato lo que dice la mayoría".
Tiene muchas tablas y buenos modales, es de trato amable pero firme. Dadas las limitaciones de tiempo para la entrevista, dejamos las preguntas sobre la institución que preside para otro día.
El 6 de diciembre de 1978 se celebró el referéndum sobre la Constitución. Un 87,87% de españoles votó a favor. Usted tenía 21 años, así que ha vivido todo el proceso y mucho tiempo en primera línea. ¿Qué balance hace?
Son los mejores 46 años de nuestra historia reciente. Hemos conseguido resolver un gran escollo, que es la convivencia en pluralismo ideológico.
Reformar la Carta Magna
Ha defendido la actualización y adecuación de la Constitución a los tiempos que vivimos. ¿Qué considera que debería reformarse?
En el Derecho Constitucional decimos que la mejor manera de honrar una constitución no es no tocarla nunca, ni lo contrario, revisarla continuamente como si fuera una ley normal y corriente. Es reformar lo que sea necesario para que se ajuste al presente.
Ha cumplido una etapa espléndida, ahora necesita una gran conversación pública, intergeneracional para ponerla al día. Hay algunas cuestiones unánimes: no aparece Europa, ni las Comunidades Autónomas; en cuanto a la sucesión en la monarquía parlamentaria, no debería primar al varón; y el lenguaje utilizado es estrictamente masculino.
Luego hay cuestiones más complicadas y controvertidas que deberían ser fruto de un acuerdo entre partidos. Hay partes que requieren un referéndum y otras no.
¿Se podría alcanzar un consenso como al que se llegó en el 78, tal y como están las cosas?
Esto es un poco como el huevo y la gallina. Hay gente que dice que, si no estamos de acuerdo, para qué nos sentamos a discutirlo. Sin embargo, yo creo que es al revés: debemos hacerlo. Vamos a rendirle un homenaje cuando cumpla 50 años, que es garantizarle otros 50. Haber vivido esta experiencia democrática nos debe ayudar.
Para muchos jóvenes sería muy emocionante convertirse en protagonistas también de la Historia, participar para crear otras cinco décadas de esta convivencia que ha sido tan fructífera. Hemos descentralizado nuestro Estado, y las comunidades autonómicas han iniciado un camino de éxito para este país.
De éxito y de coste económico... Hay muchas duplicidades.
Las duplicidades no son un problema económico en el volumen de los presupuestos generales del Estado. La reflexión no es desde el punto de vista económico, sino de democracia. Que uno pueda sentirse vasco y español o andaluz y español, ha sido un asunto que España ha arrastrado durante siglos. La reflexión es sobre los derechos nuevos, sobre cómo nos ha influido la incorporación del Derecho de la UE.
Pero que cada comunidad tenga normativas distintas lastra la competitividad...
Los mecanismos de coordinación de un Estado no tienen que estar en función estricta y exclusivamente de la competitividad. Deben afrontar un problema histórico que España ha tenido con su diversidad territorial y que a mí me parece que la Constitución actual no aborda.
Yo creo que la diversidad no es un problema, sino un valor.
Efectivamente. El sistema de comunidades ha resuelto un problema que ni siquiera pudo resolver la Constitución del 31 por razones que todos conocemos. Lo interesante es sentarnos ahora, 46 años después, para ver cómo lo reajustamos. Yo he escrito sobre un modelo de Senado distinto y que el autonómico español tendría que desembocar en una reforma federal.
(Dada las limitaciones de tiempo de la entrevista, dejo esta caja de Pandora para tratar otros temas)
¿Ha estado usted en el 41 Congreso Federal del PSOE?
Sí, aunque poco tiempo, de observadora en una Comisión hablando sobre las políticas de igualdad. Solo una tarde...
El lema elegido ha sido 'España adelanta por la izquierda'. ¿No cree que el ciudadano de a pie está un poco cansado de tanta derecha e izquierda?
Lo que opinen, siendo una democracia tan plural, será muy diverso y respetable. Pero que la izquierda y la derecha existen, han existido y van a existir es una realidad.
Quizá se debería analizar con espíritu crítico las políticas de cada partido y cómo las implementan en vez de adscribirse a banderas…
Las ideas políticas son emociones, elementos racionales, historia, son muchas cosas, así que hay gente que las aborda de una manera más racional y hay otra que te dice 'yo soy de derechas, o de izquierdas, pase lo que pase'. Me parece respetable.
¿Por qué cuesta tanto el debate y análisis interno en los grandes partidos políticos?
Solo conozco el mío. Es democrático y por eso tiene debate.
No ha habido mucho debate en este congreso.
Yo no diría eso. Sí lo ha habido, porque nosotros somos una organización política que va a cumplir 150 años. Tenemos una tradición de proporcionar ideas y argumentos.
Con el PP tampoco lo hubo cuando tenía tantos temas de corrupción.
En la comisión donde he estado hemos debatido durante cinco horas, frase a frase, coma a coma y votado como un partido democrático. Eso es lo que yo he vivido en el rato que he estado.
Feminismo y la teoría 'queer'
¿No encuentra preocupante que el Gobierno amenace a los medios no afines y denigre a los jueces? De esta manera, socava la confianza en las instituciones del Estado.
Yo no participo de esos debates por mi cargo. En cualquier caso, hablamos de una sociedad democrática donde, salvo que un juez o una jueza lo diga, la libertad de expresión existe. También es una realidad que las democracias tienen ahora un problema con la veracidad de la información.
(Otro tema que dejamos abierto para pasar a uno que le es más grato, el feminismo)
Usted ha militado en el feminismo muchos años, ¿cómo ha evolucionado?
La evolución ha sido espectacular. De un gran movimiento social y político de las mujeres a tener influencia importantísima sobre los partidos políticos. Y sobre uno en concreto, el PSOE, que es básicamente quien ha hecho todas las leyes de igualdad de nuestro país. Ahora, el resto nos tienen en cuenta. Esto hace 30 años ni se planteaba.
Ayer hablaba sobre las pioneras. Ya somos pocas en nada... Todas podemos recordar a otra antes, y rememorarlas es muy bueno porque no te sientes tan sola. Eso significa que el mundo ha ido en la buena dirección.
Cuando usted empezó a tener cargos políticos de mayor exposición pública, su hija ya tenía 16 años. Es muy difícil resolver el tema de la maternidad, porque los hijos son muy importantes y el trabajo también lo es.
Yo he dicho en muchas ocasiones que la maternidad debería haber tenido un gran debate social y político y no se debería haber tratado por partes. Si te discriminan al preguntarte en la entrevista de trabajo si te vas a quedar embarazada, que si tener hijos impide la carrera profesional, que si la baja por maternidad… No es un tema menor, sino nuclear. Si nosotras no parimos, España no existe.
Reivindico un gran debate inteligente, valiente y honesto, con hombres y mujeres. Ellos se cogen menos jornadas partidas para cuidar a los hijos. Según los últimos datos, le dedican cinco horas menos a la semana en todo lo relativo a la prole. Sin embargo, soy optimista. Los jóvenes de entre 20 y 45 viven la paternidad de una manera muy diferente.
Usted se abstuvo en la votación de la que conocemos como 'ley de género', porque no se tomó en cuenta la experiencia de otros países que han tenido que rectificar algunas cuestiones, sobre todo relacionadas con la protección de los menores. ¿Por qué algo, a priori tan sensato, como es aprender de lo que han hecho otros no se tuvo en cuenta?
Ahí hay un gran debate, muy complicado, que han tenido otros países también. Detrás está lo que llamamos teoría queer contra la que está el feminismo, yo, y, por cierto, mi partido también. Es una teoría que defiende el género. Para el feminismo encasillarte en la feminidad ha sido una camisa de fuerza.
No te pueden meter en una casilla que dice cosas como 'las mujeres a las que le gusta el poder son poco femeninas'. Nosotras queremos salir del apartado del género, queremos ser personas, mujeres o proyectos de vida libre, segura, con igualdad en las oportunidades.
La teoría queer fomenta las identidades de género y creo que esto va un poco a contramano con la idea democrática del bien común, del interés general. Hay que insistir en la igualdad de trato. La Ley del año 21 en eso es una joya. Lo importante no es lo diferente que eres, sino si te tratan sin discriminación y si tienes las mismas oportunidades.
¿Fue por su abstención que la reemplazaron como vicepresidenta y ministra?
Yo valoro más pertenecer al socialismo español. Traté de ser sincera y honesta. La consecuencia que tuvo fue la multa que el reglamento obliga a pagar por saltarte la disciplina de voto. Luego encabecé una lista. Estuve un año entero de diputada por la circunscripción de Granada. Agradecí y disfruté mucho. Luego, el propio Secretario General me pidió que viniera al Consejo de Estado.
Parecía que el PSOE había vuelto al feminismo clásico tras el reciente congreso, pero otras voces oficiales, partidarias del sector 'queer', dicen lo contrario. ¿Es una estrategia de nadar y guardar la ropa?
Es tan sencillo como que nosotros somos una importante organización política con mucha historia a la espalda, debatimos las cosas, las aprobamos y las cumplimos.
Ya en el congreso 40 nuestras siglas eran LGTBI. La esencia del deporte es que compites con las mismas reglas...
(Me avisan de que quedan 5 minutos de entrevista. Paso a preguntar algo más personal)
En la vida, pero más en política, hay momentos en los que uno tiene que ceder. Establecer unas líneas rojas y mantenerlas es muy complicado, porque de cerca se pierde la perspectiva. ¿Cuántas veces ha estado en el filo?
El día que no quise ceder fue el de esa ley. Hay que ver la política con naturalidad. A veces hay cosas que no te gustan, pero sabes que detrás hay otra superior para alcanzar. Creo que esto se resuelve en el debate interno de tu partido con honestidad y sinceridad, diciendo lo que piensas. Discrepo hasta que me desgañito, pero luego acato lo que dice la mayoría. Lo que no se puede hacer es romper la baraja porque no estás de acuerdo. Eso es propio de un antidemócrata.
¿Qué le gustaría hacer cuando disponga de tiempo libre?
Nada. Mirar el cielo, caminar por la calle sin prisas, sin ir a ningún sitio, levantarte por la mañana y no quitarte el pijama hasta la cuatro de la tarde, comer a las cinco, posponer la compra… El ocio no debería ser productivo, sino dejarte llevar por cualquier cosa que vaya ocurriendo a tu alrededor. Echo mucho en falta ese relax, porque llevo una vida en que todo está milimetrado, controlado.