“Si no eres optimista, has renunciado a la vida” (Peter Thiel).

El pesimismo es un estado de ánimo y una doctrina filosófica que sostiene que vivimos en un mundo donde "el dolor es perpetuo" (Schopenhauer) y nuestro destino es tratar de obtener lo que nunca tendremos. El pesimismo niega el progreso de la civilización y de la naturaleza humana.

Seguramente, el pesimismo sea un mecanismo antropológico de defensa que nos mantiene en estado de alerta como fórmula de supervivencia. Pero, si miramos por el retrovisor décadas y siglos, ha supuesto una pérdida de tiempo. Y lo refleja perfectamente el mercado bursátil. La bolsa estadounidense es la más importante del mundo, la que más pondera y la que siempre recomiendo. Dado que la bolsa a largo plazo no es más que el reflejo de los beneficios empresariales, voy a centrarme en la primera potencial mundial en la columna de hoy.

The Economist publicó hace poco un informe especial titulado La envidia del mundo con una serie de historias contando cómo Estados Unidos es económicamente el titán imbatible del mundo. Analicemos los principales gráficos.

Como podemos comprobar, la participación del PIB norteamericano en relación con el de las mayores naciones desarrolladas continúa aumentando:

La productividad también sigue incrementándose a un ritmo más rápido:

Son, en esencia, independientes energéticamente:

Y dominan los mercados financieros del mundo:

En esta infografía de Yahoo!, vemos que dicho liderato no variará significativamente a futuro: JPMorgan pronostica que EEUU representará el 60% de la bolsa mundial en 2037:

El yuan chino está lejos de desplazar al dólar:

La demografía de Estados Unidos también es más saludable de lo que se suele creer. Como la mayoría de los demás países, está envejeciendo, pero mantiene una tasa de fertilidad ligeramente más alta y una mejor capacidad para absorber inmigrantes. EEUU representa el 4% de la población mundial y en 2100 seguirá igual, según la ONU. En ese periodo, se espera que la participación de China caiga del 18% al 6%, mientras que la de la Unión Europea pasará del 6% al 3,5%. Y Estados Unidos, en términos relativos, será un país más joven:

Por supuesto, su sistema está lejos de ser perfecto. Tienen una elevada desigualdad:

Hay más buenas noticias del Washington Post. La inflación ha sido dolorosa, pero los salarios han seguido su ritmo desde el comienzo de la pandemia. Las personas que se quejan de los precios nunca cuentan esta versión de la historia:

Estados Unidos ha experimentado, con diferencia, el mayor crecimiento entre los países desarrollados desde la pandemia:

La riqueza se ha disparado, especialmente para el 50% más pobre:

Vivimos en uno de los mejores entornos económicos de los últimos 50 años y mucha gente está atrapada en un círculo vicioso de negatividad.

La inflación alcanzó su punto máximo hace dos años y medio. La tasa de desempleo americana ha promediado el 3,8% durante los últimos dos años (nunca llegó a ese nivel mínimo ni siquiera en las décadas de 1970, 1980 o 1990). El PIB real sigue creciendo aproximadamente un 3% trimestral.

Las redes sociales y la creciente polarización de la política juegan obviamente un papel importante en el sentimiento.

Soy de naturaleza optimista, pero no ingenua. Sé que en el futuro tendremos recesiones, crisis geopolíticas y financieras. Independientemente de ello, sigo siendo optimista a largo plazo respecto a Estados Unidos y los mercados.

El semanario británico concluye su análisis así: “Habrá recesiones, dudas y dramas en el camino, pero si quiere apostar contra Estados Unidos, The Economist con gusto se hará cargo del otro lado de la apuesta”. Yo también.

Cuando los mercados caen, la gente vende o como mucho resiste, pero no compra. Cuando las bolsas suben, esperan, y cuando ya se confirma la tendencia alcista, les parece tarde para entrar y esperan una caída. Vivir con miedo, llorar por las esquinas o lamentarse permanentemente no son estrategias rentables. Confiar en el avance de la humanidad (máxime en la nueva era de la inteligencia artificial) es lo más productivo para tu bolsillo a largo plazo.

Tom Ziglar suele decir: “Los pesimistas no quieren soluciones porque tendrían que esforzarse en encontrar nuevas fuentes de negatividad”.