Indicador de salida en un edificio público.

Indicador de salida en un edificio público. Pixabay

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La otra sangría de las sicavs: la negociación de acciones cae un 17% en el último año

El complejo horizonte al que se aproximan las sicavs también pasa factura a la negociación de sus acciones en el mercado secundario.

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La huida inversora de las sicavs no solo se deja sentir en el creciente número de bajas de estas sociedades. Sus números de negociación bursátil también son cada vez más débiles. A lo largo del último año, el volumen acumulado por estos vehículos de inversión ha descendido un sonoro 17,4%.

Con este porcentaje de caída, las sicavs se convierten en el segmento del mercado español más afectado por el descenso de volúmenes de contratación. Ni siquiera la dura competencia de las nuevas plataformas de negociación ha tenido un impacto tan fuerte sobre la contratación de acciones, pues este segmento ha experimentado una contracción de volúmenes del 11,2%.

Ni siquiera el rumbo alcista del mercado a lo largo de los últimos meses ha ayudado a mejorar los volúmenes registrados por estos vehículos de inversión favoritos de las grandes fortunas españolas. Y eso que su capitalización conjunta ha engordado un 6% hasta noviembre con respecto al mismo mes del ejercicio anterior.

Barreras de entrada

Este drástico recorte de contratación de acciones de las sicavs da buena cuenta de la aversión que se está generando en torno a estos vehículos a consecuencia de los últimos cambios legales establecidos para su funcionamiento. Una serie de exigencias que hasta llegan a poner en duda la continuidad de muchas de ellas más allá del próximo año.

En este sentido, el estricto cumplimiento del mínimo de un centenar de inversores y con una inversión mínima de 2.500 euros por cada uno de ellos ya será obligatorio a lo largo del inminente 2022. Desde que celebren sus preceptivas juntas generales de accionistas, solo dispondrán de seis meses para adaptarse a estos requisitos o proceder a su efectiva disolución liquidación.

Ante esta perspectiva, que amenaza con desmontar muchas de las sicavs que actualmente siguen en funcionamiento, el atractivo de entrada en uno de estos vehículos se reduce considerablemente. Más aún si se tiene en cuenta que, a pesar de cuál sea el precio unitario de una acción, la norma establece esa inversión mínima de 2.500 euros por cuenta para asegurarse la permanencia.

Esta cifra no es solo significativa para los potenciales inversores, sino que también lo es para la dinámica habitual de estas sicavs, que por su naturaleza tienen una baja rotación de accionistas y, por lo tanto, unos volúmenes escasos de contratación. Tanto es así que estos 2.500 euros superan el montante que en un año entero movilizan en el parqué un 38% de estas sociedades.

No solo eso, sino que, como adelantó EL ESPAÑOL-Invertia, cerca de un millar de las casi 2.500 sicavs que cotizan en la plataforma específica de BME -la de referencia para estas sociedades- no sumaron esa cantidad ni en todo un año completo de negociación. Y todavía más: ni siquiera la mitad de ellas superó esta marca en su media mensual del ejercicio 2019.

Ni siquiera un 30% de estas sociedades alcanzó volúmenes de negociación por 1.000 euros a lo largo de todo ese año, que fue el último antes de que el Gobierno concretase las medidas para estrechar la vigilancia sobre las sicavs. Desde entonces, los números han ido aumentando su rumbo descendente sin remedio.

Casi 300 bajas

Un factor más explica la caída en los volúmenes de contratación del último año. Nada menos que 154 sicavs han seguido la senda de la liquidación y, por lo tanto, sus acciones han dejado de estar abiertas a negociación. Una merma que deja en 2.292 el número total de estas sociedades admitidas a cotización en BME MTF Equity.

Por si fuera poco, varias de las sicavs que anteriormente habían entrado en proceso de liquidación ya han completado definitivamente su desmantelamiento y, en consecuencia, han quedado excluidas de negociación. En este caso, el número de bajas alcanza las 283 y una capitalización conjunta de 1.468 millones de euros, según BME.

Desde la sociedad rectora de la bolsa hacen balance de estos datos y las exigencias que se avecinan para el sector y explican que prácticamente se está "condenando a esta figura societaria a una potencial desaparición en los próximos años". Un escenario que desde las firmas de inversión que se ocupan de la gestión y el asesoramiento de estos vehículos ya se viene preparando desde hace meses.