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El empuje de los fondos de activos no cotizados (o privados) en el entorno de bajos tipos actual hará que su inversión en España se doble entre los próximos tres a cinco años, hasta los 28.000 millones de euros, según un estudio impulsado por Natixis Investment Managers y realizado por Alternative Ratings y finReg 360.

En la actualidad, su volumen estimado es de 15.000 millones. Las perspectivas son de una “evolución positiva”, con la proyección de que, entre 2023 y 2025, los compromisos de inversión en fondos de esta especialidad aumenten su peso entre los activos invertibles en España desde el 2,8% estimado actualmente hasta el 5,2%. Esto supondría duplicar su volumen de negocio, de la mano de planes de pensiones, aseguradoras, banca privada, family offices y grandes fortunas.

Según el estudio, hay tres factores que favorecen el crecimiento de los activos ilíquidos. La necesidad de retornos absolutos “atractivos” y de una diversificación “más robusta”; el contexto actual de incertidumbre, volatilidad y la inexistencia de unos tipos de interés que faciliten la consecución de los objetivos de inversión, y las primas por iliquidez para alcanzar retornos adicionales.

“En estas circunstancias, la necesidad de diversificación, descorrelación y obtención de mayores retornos puede proporcionar un impulso decisivo a los activos alternativos, como el capital riesgo, la deuda privada o activos inmobiliarios y de infraestructuras”, explica Sophie del Campo, directora general de Natixis IM para Iberia, Latam y US Offshore.

Invertir en capital riesgo en medio de una crisis es la opción más rentable, porque se obtienen rendimientos superiores, como publicó Invertia. Incluso, dos gestoras locales (ArtsGain y Navis Capital) preparan el lanzamiento de los primeros fondos de inversión en arte de España, ampliando el universo de los alternativos.

Precauciones

A pesar de que los fondos de no cotizados están en auge, hay que tomar ciertas precauciones cuando se invierte en ellos. Se trata de inversiones con un horizonte de “muy largo plazo”. El informe defiende la conveniencia del diseño de un programa de inversión en activos privados con el objetivo de “asignar capital de una forma suficientemente diversificada por estilos y añadas y poder así mitigar los riesgos operacionales”.

La tendencia, aunque imparable en sentido amplio, no está igual de asentada entre todos los tipos de inversores. El estudio ha analizado en detalle más de 70 inversores relevantes. “El segmento que engloba a los family offices es el que presenta un mayor grado de avance en su asignación a activos privados”, afirma Sergio Miguez, socio y director general de Alternative Ratings.

Distinta penetración

La previsión es que, en este segmento de family offices, multi-family offices e independientes, el volumen de capital comprometido llegue a representar un 12,1% del total en un plazo de tres a cinco años, frente al 8,9% actual. Hoy día, el 100% de estas firmas distribuyen estrategias de inversión no cotizadas entre sus familias empresarias.

En banca privada, donde también el 100% de las entidades ofrece fondos de capital privado, los activos no cotizados pasarían del 2% al 4% para el mismo periodo. En el caso de las compañías de seguros, donde el porcentaje de oferta baja hasta el 70%, la asignación a ilíquidos se elevaría del 1,2% al 3,6%.

Un ejecutivo de las finanzas. Alvin Mahmudov, Unsplash.

En lo que se refiere a los planes de pensiones, “hay una gran disparidad”, según el estudio. En los planes de empleo, los activos privados suponen el 6,8% del capital comprometido y crecerán hasta el 11,6% en el horizonte contemplado. En ellos, el capital riesgo está presente en un 80% de las carteras. En contraste, las limitaciones regulatorias hacen que el peso de los activos privados en los planes de pensiones individuales sea “bastante marginal, por los límites derivados de la cascada de comisiones”.

El estudio considera “conveniente” avanzar legislativamente en la flexibilización de la comercialización de estos vehículos de inversión en activos no cotizados “para que los minoristas, con las protecciones necesarias, puedan acceder con más facilidad a vehículos de activos privados que les permitirían diversificar su cartera y obtener rendimientos sin correlación con el mercado”. En este sentido, la CNMV ya se mostró partidaria hace año y medio de abrir la puerta a que los minoristas puedan invertir en capital riesgo o hedge funds.

Requisitos

Eso sí, sería favorable siempre y cuando se cumplieran dos requisitos: que haya asesoramiento financiero de por medio y con un límite del 10% sobre el patrimonio total del cliente. De llevarlo a cabo, el mínimo de entrada podría rebajarse de 100.000 a 10.000 euros.

El empuje de los activos privados no es una tendencia exclusiva de España, sino que se trata de un fenómeno de carácter global. El estudio resalta que, a nivel mundial, en los últimos diez años la cifra de capital comprometido se ha multiplicado casi por tres, pasando de 323.000 millones de euros en 2009 a 894.000 millones en 2019.

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