Detalle de un billete de 20 euros.

Detalle de un billete de 20 euros. iStock

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El euro espera que la inflación dé una sorpresa negativa para cortar la peor racha de su historia frente al dólar

La divisa comunitaria perdió el lunes los 1,06 dólares y marcó mínimos no vistos desde el pasado marzo.

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El euro perdió en la sesión del lunes los 1,06 dólares. Ya en mínimos no vistos desde el pasado marzo, la divisa comunitaria espera el aluvión de datos de inflación que se conocerán esta semana -entre ellos el Índice de Precios al Consumo (IPC) de la eurozona- para frenar la peor racha de su historia: ha enlazado diez semanas de descensos.

El peor comportamiento del euro frente al dólar -pierde más de un 1% de su valor este año frente al billete verde- se explica, entre otras cuestiones, por la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) no eleve más los tipos de interés.

"Basándonos en nuestra evaluación actual, consideramos que los tipos de interés oficiales del BCE han alcanzado niveles que, mantenidos durante un período suficientemente largo, contribuirán sustancialmente al retorno oportuno de la inflación a nuestro objetivo [del 2%]", decía el comunicado que emitió la institución presidida por Christine Lagarde hace ya casi dos semanas.

[Lagarde (BCE) insiste en que mantendrá altos los tipos de interés "todos el tiempo que sea necesario]

Además de la posibilidad de que las tasas de referencia en la eurozona no sigan aumentando, sobre el euro también ha pesado el contraste entre la boyante economía estadounidense y el estancamiento de la europea. Las distintas situaciones en la que se encuentran la economía europea y la estadounidense se reflejan en los datos.

El Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro creció un 0,5% en el segundo trimestre del año respecto al mismo periodo de 2022. En comparación con los tres meses anteriores, la expansión fue del 0,1%. En el mismo periodo, el crecimiento anual del Estados Unidos fue del 2,1%. La subida trimestral alcanzó el 0,5%.

La peor racha del euro

Todos estos factores han provocado que el euro haya enlazado diez semanas consecutivas de descensos. Se trata de la peor racha semanal desde su creación, hace algo más de dos décadas. “Al menos el ritmo de caída se está ralentizando, y la moneda común podría haber encontrado un suelo en torno al nivel de 1,06 dólares”, consideran los analistas de Ebury.

Ahora, una vez concluidas las reuniones que en septiembre han celebrado los principales bancos centrales, la atención de los mercados se centra aún más en los datos económicos. En este sentido, este viernes se conocerán dos referencias clave: el informe preliminar del IPC de septiembre de la eurozona y el Índice de Precios de Gastos de Consumo Personal (PCE, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Esta última es la medida de inflación favorita de la Reserva Federal (Fed).

[Las bolsas y el euro asumen el final de las subidas de tipos del BCE y esperan que las bajadas lleguen la próxima primavera]

Respecto a la inflación de la eurozona, las previsiones apuntan a que la tasa general se haya moderado en septiembre al 4,5% y que la subyacente se haya suavizado al 4,8%. De cumplirse este escenario, las cifras serán siete y cinco décimas inferiores a las de agosto.

Cualquier resultado adverso en este frente probablemente llevaría a una fuerte subida del euro”, indican los analistas de Ebury. Además del IPC del bloque del euro, se conocerá la inflación de algunas de sus principales economías, como Alemania, Francia, Italia o España.

En el caso de nuestro país, los analistas esperan que la inflación general haya subido en septiembre por tercer mes consecutivo, hasta el 3,6% -marcó mínimos en junio en el 1,9%- y que la subyacente se haya reducido una décima, hasta el 6%.

Para el devenir del euro también será clave el PCE de Estados Unidos. De forma similar al IPC -aunque su cálculo es diferente, de ahí la preferencia de la Fed por este indicador- mide las fluctuaciones o los cambios en los precios de los productos o bienes y servicios que consumen los estadounidenses.

Las previsiones apuntan a un incremento de la tasa general al 3,5%, dos décimas más que en julio, pero que la subyacente se haya moderado al 3,9% desde el 4,2% anterior.

“Los mercados esperan otra cifra moderada, que debería disipar las preocupaciones sobre nuevas subidas de tipos por parte de la Reserva Federal y quizás frenar la subida del dólar por el momento”, indican desde Ebury.

El índice dólar, que mide la evolución de la divisa estadounidense frente a otras monedas, ha alcanzado máximos no vistos también desde el pasado marzo. El repunte en lo que va de año supera el 2,3%.