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El imparable ascenso del bitcoin despierta tantas pasiones como recelos. Y, ahora, además, se ponen advertencias sobre la mesa. Los grandes inversores indican que la amenaza de una burbuja en la valoración de la criptomoneda reina es ya más considerable que la que desde hace meses vienen percibiendo en el índice tecnológico de Wall Street, el también irrefrenable Nasdaq.

Más allá de los agoreros de siempre, esta vez la advertencia llega desde las manos fuertes del mercado. Un 36% neto de los grandes gestores internacionales ya consideran que las posiciones largas sobre el bitcoin como la estrategia de inversión más “atestada” en la actualidad. Así lo recoge la última Encuesta de Gestores de Fondos de Bank of America que ha visto la luz esta semana.

Si bien el porcentaje de los que se suman a esta advertencia aún no es abrumador, sí que supone todo un vuelco en este estudio, considerado como uno de los mejores termómetros de las grandes tendencias de inversión mundial. En este sentido, los gestores que señalaban al bitcoin como inversión más “atestada” hace solo un mes eran únicamente un 15%.

Máximos históricos

Por aquel entonces, el bitcoin ya estaba anotándose un máximo histórico detrás de otro, pero todavía quedaban lejos los 41.600 dólares por bitcoin que llegaron a sobrepasarse con cierta holgura el 8 de enero. Ese fue el día en el que precisamente los responsables del estudio de Bank of America comenzaron a preguntar a más de 200 grandes gestores de todo el mundo por su visión sobre los mercados.

El señalamiento del bitcoin es especialmente significativo si se tiene en cuenta un factor más: hacía 15 meses que las posiciones largas sobre valores tecnológicos permanecían inamovibles como la estrategia más “atestada” del mercado. Con altibajos, el Nasdaq era el índice al que desde octubre de 2019 apuntaban los expertos como posible protagonista de una burbuja de valoración un mes tras otro.

Estrategias de inversión más atestadas.

La última edición de la estadística de Bank of America señala que las advertencias sobre el índice tecnológico neoyorquino ya son cosa de solo un 31% neto de los gestores. Esta cota se queda ya muy lejos del 74% que señalaba este riesgo en julio del año pasado, cuando el tecnológico mantenía su escalada de máximos a contracorriente mientras el resto de principales índices neoyorquinos a duras penas lograban resistir y el castigo se agravaba en muchos indicadores europeos.



Esta situación “atestada” de inversión -en inglés, crowded- lo que indica es que los inversores que apuestan al alza por un activo -posiciones largas- se convencen tanto de la lógica de su posición y su probable éxito que se vuelven complacientes ante eventuales señales de que la remontada ha acabado o, incluso, se ha ido de madre.

Peligro de estampida

Así, el gran riesgo de estas situaciones es que se produzca un evento que sacuda la confianza en estas inversiones y provoque una estampida. Debido a la gran concentración de apuestas que aglutina en un sentido, habrá pocos inversores dispuestos a dar contraparte del otro lado de la ventanilla, lo que provoca cuellos de botella y drásticos movimientos de precio contrarios a la estrategia “atestada”.

Lo cierto es que en lo que va de este año 2021, las señales de que la recuperación económica podría no ser tan ágil como se había venido descontando desde la aparición de las primeras vacunas en noviembre han impulsado el precio del bitcoin un 13%. Si el periodo de referencia se amplía al último año, la subida es de nada menos que el 273%.

Este último porcentaje se queda en casi nada si se toman como punto de partida los mínimos de marzo del año pasado. Desde los 4.000 dólares por bitcoin que llegaron a verse en lo más crudo de la primera oleada de la pandemia de la Covid-19, el ascenso es de nada menos que el 724%. Y eso hasta precios actuales, porque si se consideran los máximos de hace dos semanas, la escalada alcanza el 941%.

Sin reventón

La posibilidad de que la recuperación económica no llegue con la fuerza ni la difusión esperada es uno de los argumentos que los defensores del bitcoin emplean para restar peso a las advertencias de burbuja. Y es que no solo están estos factores, sino que en los últimos meses han contado con el continuado respaldo de una progresiva regulación del ecosistema cripto y una creciente aceptación de las mismas como métodos de pago, tanto en grandes plataformas digitales como con el desarrollo de aplicaciones y tarjetas que permiten su uso para este fin.

Además, los defensores de los altos precios que viene marcando la criatura de Satoshi Nakamoto defienden que las repetidas advertencias sobre el Nasdaq han seguido mientras que su gráfica ha ido de más a más todavía. La supuesta burbuja de las grandes tecnológicas sigue sin confirmarse. Y ni mucho menos ha explotado.

Por si fuera poco, la voz de alarma de los grandes gestores se produce en un momento en el que, bien por convicción o por oportunismo, varias firmas internacionales de inversión han hecho sus primeros pinitos en el mercado de criptomonedas. Aunque aquí también hay velocidades.

De una parte, este mismo jueves se conocía que BlackRock comenzará a invertir en futuros del bitcoin a través de dos fondos. A la par, un informe de Barclays publicado el mismo día describe a la criptomoneda reina como “casi imposible de invertir” alegando su falta de respaldo por una institución emisora y su elevada volatilidad, entre otras características.

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