Nuevos datos que se suman a la batería de indicadores que demuestran que la crisis económica llama a la puerta de España. La cifra de negocios de las empresas se estancó en junio (0%) respecto al mismo mes de 2018, después de 34 meses consecutivos mostrando avances interanuales.
Así lo refleja el Índice de Cifra de Negocios Empresarial (ICNE) publicado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Lo más preocupante de estos datos es que las ventas de la industria se desplomaron un 5%, lo que pudo ser compensado por el crecimiento del 4,9% de la facturación de los servicios no financieros del mercado. El comercio creció un leve 0,7% y los suministros de servicios básicos cayeron un 0,7%.
La industria y el comercio son dos de los pilares de la economía española y su retroceso o ralentización suele ser un anticipo de una fuerte contracción del PIB. En el caso de la industria -una caída conocida hace unas semanas- se constata que ha arrastrado a todas las empresas. La caída de ventas refleja que hay menos producción, porque hay menos demanda y por tanto, se quita un estímulo a la actividad económica.
En el caso de las ventas del comercio, es una consecuencia directa del parón del consumo. Es decir, los españoles consumen menos porque perciben que la situación económica no es la idónea y, por tanto, prefieren demorar sus decisiones de compra. Esto ataca directamente el aparato productivo, ya que si el comercio vende menos, realiza menos pedidos y se paraliza la producción de estos bienes.
Caída del empleo y la confianza del consumidor
En medio de un verano prolífico en malas noticias económicos estos datos vienen a confirmar que el parón económico ya es una realidad, impulsado por la debilidad exterior y las pocas soluciones de un Gobierno español en funciones que sorprendentemente quiere elevar sus previsiones de crecimiento.
Diferentes cifras vienen apuntando en una misma dirección y desde hace varias semanas: la caída en la venta de viviendas, las matriculaciones de coches, el paro, el dato del PIB y la confianza del consumidor confirman que la recesión toca la puerta de la economía española. Indicadores que comienzan a parecerse demasiado a los que se vieron en los meses previos a la crisis de 2007 y 2008.
Respecto al empleo, el número de afiliados a la Seguridad Social aumentó en 15.514 personas en el mes de julio, lo que supone el peor mes de julio desde 2012, justo después del rescate a España, y el segundo peor dato de toda la serie histórica de la Seguridad Social.
La confianza de los consumidores en la economía descendió en julio y volvió a situarse en terreno negativo ante el empeoramiento de la evaluación de la situación actual y de las expectativas de futuro. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de julio publicado por el CIS se situó en 97 puntos, 5,3 puntos menos que en junio.
Ventas de vehículos y viviendas
En julio, las ventas de vehículos bajaron un 11%, la primera caída en un mes de julio desde 2012. Este mes se matricularon en España 116.686 turismos y todoterrenos. La cifra queda muy lejos de los 131.182 de hace un año, en un mes tradicionalmente positivo para esta industria.
En términos mensuales, la compraventa de viviendas se redujo un 13,9%, el peor dato en un mes de junio en los últimos cinco años. Si a eso le sumamos que la caída interanual fue del 9%, tenemos un explosivo cóctel que preocupa a todo el sector. La vivienda es otro de los termómetro de la buena salud de la economía española, por lo que estos datos no llaman al optimismo.
¿Resultado? Un crecimiento intertrimestral del 0,5% que sitúa el avance interanual en el 2,3%, al mismo tiempo que el FMI y Bruselas ya dicen que el crecimiento del año que viene estará por debajo del 2%.