En un mundo donde el cambio climático se ha convertido en una realidad innegable, la eficiencia energética ya no es una opción, sino una necesidad imperante. Uno de los pilares fundamentales para alcanzar esta eficiencia, y, por ende, reducir nuestra huella de carbono, es la rehabilitación de viviendas. En España, donde gran parte del parque de viviendas fue construido antes de que la eficiencia energética fuera un requisito, la necesidad de rehabilitar y modernizar estas estructuras es crucial.
Pero esta transformación no solo responde a la urgencia climática, sino que se presenta como una oportunidad estratégica para impulsar la competitividad y la eficiencia de nuestro país. Y es que un parque inmobiliario eficiente energéticamente, se traduce en una economía más robusta que nos hace impulsar la autonomía de nuestros recursos cada vez más.
La mayoría de las viviendas en España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), fueron construidas antes de la década de 1980, es decir, antes de que las normativas sobre eficiencia energética fueran implementadas. Por ello, muchas de estas edificaciones carecen de los aislamientos térmicos adecuados, tienen sistemas de calefacción y refrigeración obsoletos y están construidas con sistemas que hoy en día serían considerados ineficientes. Esta realidad contribuye a un consumo energético desmesurado, especialmente en un contexto donde la energía es cada vez más cara y su producción está mayormente vinculada a combustibles fósiles.
En la actualidad, los modelos de ciudad y las edificaciones que las forman han ido evolucionando a medida que los cambios en las tecnologías y las innovaciones se han hecho más tangibles. Por ello, Europa, consciente de su papel clave en esta dinámica tan imprevisible, revisa cada detalle de su plan estratégico. Centrado en la consecución de un parque inmobiliario de edificios de cero emisiones para 2050, la meta es clara: la rehabilitación de nuestros edificios para conseguir un parque de viviendas con un Certificado de Eficiencia Energética igual o superior a la letra D antes del 2033.
Pero este reto no tiene precedentes y afecta a todos los niveles de nuestra sociedad. En nuestro país, con el 81 % de las viviendas con una calificación energética igual o inferior a E, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), para cumplir el plan estratégico europeo, debemos rehabilitar más de 8 de cada 10 viviendas en la próxima década, lo que supone una tarea titánica que requerirá un esfuerzo coordinado y sostenido.
Según las cifras publicadas del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), entre 2021 y 2023 solo se rehabilitaron en España algo menos de 103.000 viviendas, cifra que vuelve a demostrar lo lejos que nos encontramos de cumplir con el objetivo principal del Plan de rehabilitación de vivienda y regeneración urbana. Este hace hincapié en la necesidad de multiplicar por diez la cifra actual de rehabilitaciones anuales en la próxima década, pasando de las 30.000 actuales a unas 300.000 al año de promedio, para alcanzar la rehabilitación energética de 1,2 millones de viviendas entre 2021 y 2030.
Para ello, las familias enfrentan inversiones considerables y molestias temporales; la sociedad debe adaptarse a un nuevo paradigma de eficiencia energética; el gobierno tiene la tarea de diseñar políticas efectivas y coordinar esfuerzos a múltiples niveles; y el sector de la construcción debe innovar y expandirse significativamente.
La magnitud de este reto requiere una movilización de recursos, conocimientos y voluntad política nunca vista, pero su éxito no solo nos permitirá cumplir los objetivos climáticos, sino también impulsar la recuperación económica y la mejora social del país. Esta transformación masiva de nuestro parque edificado representa una oportunidad única para redefinir nuestros espacios habitables y mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos.
Más información y trasparencia
A pesar de los claros beneficios, la rehabilitación energética de viviendas enfrenta varios desafíos. El primero es la falta de conocimiento y concienciación por parte de la ciudadanía.
Según nuestro estudio 'Rehabilitación del parque de viviendas en España' —en el que han participado 3.000 ciudadanos y han colaborado entidades como el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo del Ayuntamiento de Madrid, entre otras— el 53% de los españoles conoce qué es el certificado energético de las viviendas, pero desconoce cuál tiene la suya.
Esto nos da una visión de por dónde debemos empezar para poder conseguir el objetivo fijado. Es necesario que los principales actores de este plan, los ciudadanos, conozcan el terreno para poder tomar decisiones a conciencia.
Y es que, en efecto, son cifras que no solo evidencian una realidad palpable de actuación por parte de las empresas, sino también de las instituciones y administraciones. La necesidad de una transparencia mayor en la gestión de los programas de rehabilitación de edificios es imperiosa, tanto para el Gobierno central como para las Comunidades Autónomas.
La brecha significativa entre los objetivos anunciados y el ritmo real de ejecución exige una rendición de cuentas clara y detallada que ayude, no solo a los interesados, sino a toda la población. En este sentido, proporcionar datos precisos y actualizados sobre el número de viviendas rehabilitadas, los fondos efectivamente invertidos y los ahorros energéticos conseguidos, entre otros, podrían ser la clave para incentivar ese empuje que necesitamos en España y que tanto echamos en falta.
Asimismo, resulta fundamental que las administraciones públicas refuercen sus programas de apoyo y sensibilización, facilitando el acceso a la información y a las ayudas financieras necesarias para llevar a cabo estos proyectos. Al mismo tiempo, es esencial que los profesionales del sector inmobiliario y de la construcción estén formados y alineados con las últimas normativas y tecnologías en eficiencia energética.
Según nuestro estudio, el 79% de los españoles desconoce que actualmente existen líneas de ayudas para la rehabilitación de viviendas, el 3% de los encuestados ha hecho uso de estos fondos y solo un 2% lo está tramitando actualmente. Y es que, a pesar de que esta cantidad de ayudas otorgadas por Europa supone una decisión histórica sin precedentes, no parece que podamos ponerla en marcha pronto.
En este sentido, el proceso para llevarlo a cabo ya supone una barrera en sí para el 44% de los españoles, que consideran que la rehabilitación de la vivienda es un proceso burocrático y administrativo complejo, por detrás del coste económico de poner en marcha la rehabilitación (75%) y de la falta de información (45%).
La rehabilitación de viviendas no es solo una oportunidad para mejorar la calidad de vida de las personas, sino una necesidad para garantizar un futuro sostenible. Enfrentar el reto de la eficiencia energética requiere del compromiso conjunto de gobiernos, ciudadanos y sectores industriales. Es un camino que debemos recorrer si queremos dejar un mundo habitable para las generaciones futuras. La rehabilitación de viviendas, en este contexto, se erige como un acto de responsabilidad y una inversión en nuestro bienestar colectivo.
*** Alberto De Luca es CEO de Knauf Ibérica.