Con prácticamente todas las localidades vendidas, la casa del equipo de baloncesto Brooklyn Nets acogió la coronación esta temporada de Zion Williamson, una mole de más de dos metros y 130 kilos quien, a punto de cumplir 19 años, fue el más deseado de los novatos de la NBA.
Esta ceremonia cada año escoge a los mejores jugadores de los conjuntos universitarios para su entrada en la Liga Nacional de Baloncesto (NBA) de Estados Unidos, a través de un proceso de 'lotería' en la que el azar decide quién será el primer elegido.
El estadio del Barclays Center se puso en pie cuando el joven, para muchos el próximo Lebron James, subió al escenario y dio la mano al presidente de la liga, Adam Silver, que apenas unos minutos antes había leído su nombre en la elección de los New Orleans Pelicans.
Los rumores en torno a la figura del jugador, con sus increíbles mates y una media de 22 puntos por partido en la liga universitaria, se dejaban ver hasta en la realización del espectáculo televisivo. En los cinco minutos que el equipo tenía para "escoger" a su nueva promesa, las cámaras no dejaban de enfocarlo.
Su estrella -que despegó esta temporada hasta tapar a su compañero de equipo universitario en Duke, RJ Barrett- no se dejó apagar ni tan siquiera por una zapatilla rota: durante un partido, una de las deportivas de Nike estalló cuando solo llevaba 33 segundos en la cancha.
Si bien el joven sufrió una grave lesión de rodilla, más sufrió en bolsa Nike, que se desplomó por las dudas en la calidad de sus zapatillas deportivas... y por el propio carisma del joven.
Nachos, perritos calientes, cerveza y refrescos acompañaban a los asistentes a una noche en la que se respiraba más adrenalina que en un partido oficial.
En la que para muchos es la noche donde comienza su carrera profesional, los jugadores dejaban a un lado las equipaciones de sus equipos y las sustituían por elegantes trajes y zapatos.
Ropa que compartía el protagonismo con los jóvenes: "Sé que una de las partes más excitantes de prepararse para el Draft es encontrar qué ponerse...", arrancaba una pregunta durante la rueda de prensa de Williamson tras ser escogido número uno.
Modesto, se dejó guiar sobre el traje crema que llevaba hoy puesto: "Cuando lo vi en persona, dije, ¿sabes qué?, creo que podría sentarme bien".
Williamson es solo uno de los 60 jugadores que fueron escogidos esta noche de jueves en Nueva York, en un proceso en dos fases que permite a cada equipo seleccionar a una pareja de nuevas promesas.
Si bien el jugador se va a un equipo más 'pequeño', que solo ha podido escoger primero en el draft en dos ocasiones, las palabras de Silver al inicio de la ceremonia daban ánimos a los jóvenes.
"No importa a qué equipo vayáis... Vosotros podéis ser el jugador que marque la diferencia", sentenció el máximo responsable de la NBA, haciendo que la ilusión de esa noche no se aguara por no acabar en el equipo favorito.