La Casa de Alba está de rabiosa actualidad. Solo una semana después de la celebración del enlace entre Carlos Fitz-James Stuart (29 años) y Belén Corsini (31) ha tenido lugar el bautizo de Rosario, la primogénita del hermano del novio y Sofía Palazuelo (29).
En la parroquia de San Román, en las proximidades del palacio de Dueñas, Sevilla, la pequeña ha recibido el sacramento religioso. Tras el acto, la primera hija de los duques de Huéscar salía en brazos de su madre y flanqueada por su padre. No muy lejos de ellos, Blanca Barrera Cuadra (29), la joven empresaria a la que se le ha otorgado el importante papel de ser la madrina de la que está llamada a ser futura duquesa de Alba.
Blanca Barrera Cuadra ha sido la encargada de preparar el menú que los invitados han degustado en la recepción que ha tenido lugar después de que Rosario recibiera las aguas bautismales. No es de extrañar, ya que la empresaria es amiga íntima de Sofía Palazuelo y colaboran juntas habitualmente. La esposa de Fernando Fitz-James Stuart ha contado con los servicios de su cáterin, Aguacatte -de donde a Blanca le viene el apodo de lady Aguacatte- para llevar a cabo algunos de los eventos que organiza junto a su madre Sofía Barroso, alredor del arte y la cultura.
Y es que la iniciativa gastronómica de Blanca ha sido muy bien recibida por los círculos más selectos de la sociedad madrileña y entre sus clientes figuran nombres tan célebres como Sara Carbonero (37), Eugenia Silva (45) o Carlos Baute (47). Este gran poder de atracción lo ha conseguido gracias a la dedicación que pone en cada uno de sus proyectos, cuida el más mínimo detalle, desde cada elemento del menaje, hasta los looks de los camareros que servirán la mesa: "¡Si hace falta ir a Lisboa a por delantales, nosotros vamos!", comenta en una de sus publicaciones de redes sociales.
Ahora la joven disfruta del éxito que ha trabajado con esfuerzo empezando desde los estratos más básicos, para aprender en profundidad los cimientos de una empresa de gastronomía. Esto lo ha conseguido realizando prácticas como camarera antes de lanzar su propio negocio junto a referentes de la gastronomía como Samantha Vallejo- Nágera (51) y Cari Goyanes (37): "Aprendí muchísimo de ellas y probablemente eso fue lo que me ha hecho lanzarme a este mundo del cáterin", explicaba en una entrevista para Vanity Fair. Antes de esto, la manera en que descubrió que su amor por la cocina podría convertirse en su modo de vida, fue prácticamente casual: "Mis especialidades son el rollo de aguacate —una receta mágica que me enseñaron mi madre y su gran amiga Rocío Mesonero-Romanos— y la tarta de queso. Empecé vendiéndolos en vacaciones en Comillas, que es donde veraneo. Cuando los amigos de mis padres venían a cenar a casa, se quedaban maravillados y me hacían encargos", explicaba al citado medio.
Sin embargo, la primera pulsión de la amiga de Sofía Palazuelo no fue encaminar su futuro laboral entre los fogones de una cocina, ya que su genética le marcaba un camino diferente. De sus padres ha heredado esa vena esteta que queda patente en Aguacatte. Su padre, Gastón Barrera se dedica al sector inmobiliario pero lo que realmente le mueve por dentro es la música, ya que él mismo se define como cantautor. Por parte de su madre, Marta Cuadra, interiorista y pintora, le viene su gusto por la decoración, pasión en la que decidió formarse.
Blanca abandonó pronto la carrera de Derecho y Administración y Dirección de empresas para comenzar Arquitectura de Interiores y la desarrolla en su otra empresa, igual de exitosa, aunque menos conocida, de nombre Esttudioblancabarrera.
En el plano más personal, la empresaria es una joven reservada y aunque no duda en referirse a su pareja cuando ha concedido alguna entrevista, se desconoce el nombre de la persona con la que comparte su vida.
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