Críticas, burlas y comentarios despiadados. Cuando alguien aparece delante de las cámaras de televisión con algún defecto, las redes sociales acaban convirtiendo en objeto de mofa al sujeto de turno, sin pararse a reflexionar a qué puede deberse ese gesto o particularidad a la que han sacado punta.
En estos tiempos de 'memes' y chistes sin demasiada gracia, nadie parece estar a salvo de una moda que saca lo peor de nuestra sociedad. Es cierto que muchos de los blancos de estas críticas suelen estar curados de espanto, son conscientes de que ese es el uno de los peajes que tienen que pasar por aparecer en la pequeña pantalla. Pero todo tiene un límite y en el caso de Marisa Martín-Blázquez (57 años) el agotamiento de la paciencia ha llevado a hacer pública un aspecto que no tendría por qué haber salido del ámbito privado.
Para la ocasión, la periodista escogió la red Instagram para dar los detalles oportunos. A una fotografía suya en el vestuario de un gimnasio, adjuntó un texto en el que explicaba la razón por la que contaba su problema de salud: ni mofas, ni comentarios despectivos. "El motivo de haceros partícipes de lo que os voy a contar es porque alguien, a través de Instagram, ha contactado conmigo. Es una persona que padece miastenia gravis (MG). Me sigue, por mi profesión, desde hace años y ha observado en mi cara signos que ha reconocido".
Este problema de salud es sobradamente conocido por la periodista de la crónica social, ya que se lo diagnosticaron cuando tenía 23 años. "Convivo con ella llevándonos relativamente bien. Nos respetamos e intentamos no fastidiarnos. A veces, viene a atacarme, y me provoca grandes crisis que venzo con paciencia y haciéndole poco caso. Es cuando más se refleja en mi rostro y cuando más, 'las buenas personas' me atacan por el tema físico", detallaba lanzando un dardo a los denominados haters.
Sintomatología y tratamiento
A raíz de esta confesión, muchas personas se habrán preguntado qué es la miastenia gravis. El oftalmólogo norteamericano David Turbert lo define como "un trastorno que puede hacer que los músculos se debiliten y se cansen fácilmente, afectando especialmente a aquellos que controlan el movimiento de los ojos y los párpados, causando su caída o provocando visión doble".
Esta definición explicaría el párrafo con el que la propia Martín-Blázquez arrancaba su post en Instagram: "Hay mucha gente que en mis RRSS, y sin conocimiento de causa, hace sorna y burla acerca de algo que se ve en mi cara. Me dicen que deje de operarme, que qué me he hecho en la cara. Incluso, si googleas mi nombre, una de las primeras cosas que encuentras es 'Marisa M-B, ojo'.
De hecho, esa hipótesis del uso de botox por parte de la periodista queda prácticamente descartado, ya que algunas fuentes incluyen ese producto como uno de los que deben evitar este tipo de pacientes, junto a otros medicamentos como los anestésicos o los que se emplean para el paludismo.
Como ha quedado de manifiesto en el caso de Marisa Martín-Blázquez, los pacientes con miastenia gravis pueden hacer una vida prácticamente normal, sin olvidar que en caso de sufrir una crisis puede conllevar el ingreso en la UVI para tratar los factores que puedan haberla causado.
También es importante destacar que existe un tratamiento para este problema de salud, dividido en dos tipos: el que está dirigido a mejorar los síntomas, sobre todo a través de medicamentos de la familia de los anticolinesterásicos; y el que está destinado a mejorar la evolución natural de la propia enfermedad.
[Más información: La enfermedad de Álvaro Morata que actúa similar a la varicela y no tiene cura]