José María y alguno de los pinchos del Bar Chus de Fresno el Viejo

José María y alguno de los pinchos del Bar Chus de Fresno el Viejo Fotografías cedidas a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

Chema, de Madrid a volver al pueblo para coger las riendas de un bar: triunfa con sus torreznos, careta y canapés

Desde hace dos años cogió el timón de un establecimiento hostelero que resulta perfecto para disfrutar de un buen momento en la mejor compañía.

Más información: La mítica posada de un pueblo vallisoletano que brilla con su comida tradicional: ofrece grandes manjares

Publicada

Fresno el Viejo es un municipio de la provincia de Valladolid que se ubica entre los ríos Lanzón y Trabancos. Sus riberas estaban pobladas de fresnos y de ahí le viene el nombre a un municipio que, en la actualidad, cuenta con una población de 836 habitantes según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Una localidad por la que atraviesa un ramal de la calzada real o cordel de la mesta, por la que afluía el comercio que procedía de Extremadura y Andalucía hacia las ferias medinenses.

Fresno el Viejo es conocido también por la Iglesia de San Juan Bautista, iglesia mudéjar del siglo XII y XIII que pasa por ser una de las más antiguas de su estilo y fue declarada Bien de Interés Cultural en 1931.

En el momento actual, Fresno el Viejo ofrece una oferta amplia en lo que se refiere a los recursos turísticos con el turismo familiar como protagonista.

Además de disfrutar de los elementos arquitectónicos del lugar, de dar un buen paseo por el pueblo o de gozar con su naturaleza, todos estos planes se pueden completar con una buena comida o cena en alguno de sus establecimientos hosteleros.

EL ESPAÑOL de Castilla y León habla con José María Mediero San Martín, que nos cuenta la historia, con tradición familiar larga, del Bar Chus, que triunfa en el lugar con su buen hacer gastronómico y trato al cliente.

Imagen de la barra del bar

Imagen de la barra del bar Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

De vuelta a su pueblo

Todas las personas del pueblo me definen como una persona trabajadora y eso me llena de orgullo. Creo que soy así e intento luchar para sacar adelante el negocio familiar”, asegura, en declaraciones a este periódico, José María.

En el lugar donde nación, en Fresno el Viejo, al varón de 53 años le conocen como Chema. Pasó su infancia como otro niño más “jugando todo el día en la calle”. Llegó la hora de pensar en trabajar y se marchó a Madrid con 18 años.

“Con 50 años volví de allí al pueblo que me vio nacer. El Bar Chus comenzó como un negocio familiar hace ya más de 20 años. La familia se fue yendo del pueblo y el antiguo dueño se jubiló y me lo arrendó a mí”, añade nuestro protagonista.

Eso fue hace dos años, cuando cogió las riendas del Bar Chus.

Dos años y delicias para disfrutar

La idea de coger el bar surge al volver de Madrid. Estaba harto de estar fuera de casa después de que falleciera mi padre. Me quedé en el pueblo donde me surgió la posibilidad de coger las riendas de este bar y así lo he hecho”, explica.

Este es el segundo año que está al frente del bar en la plaza de Fresno el Viejo. Al lado de la iglesia y que cuenta con unos 65 metros cuadrados de espacio. En la actualidad, además de José María, trabaja otro empleado en el lugar.

La barra del Bar Chus en Fresno el Viejo

La barra del Bar Chus en Fresno el Viejo Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Ofrecemos pinchos de todo tipo. Desde careta, pasando por torreznos, canapés variados, rabas o gambas rebozadas. Las jetas caretas de cerdo también las vendemos muchísimo”, asegura nuestro protagonista, con orgullo.

Un lugar perfecto para disfrutar del buen comer.

Mirando al futuro

“El futuro del bar no sabemos como será. De momento, vamos luchando, cada día y sacando cada jornada laboral adelante, pero no sabemos si podremos mantenerlo por mucho tiempo”, añade José María.

Uno de los problemas que encuentra el de Fresno el Viejo, como ocurre en otros muchos negocios hosteleros de Valladolid es la “dificultad para encontrar gente que quiera trabajar” en los diferentes establecimientos.

“El objetivo que nos marcamos pasa por mantenerlo abierto”, finaliza José María. Ojalá así sea por mucho tiempo.