El párroco José Luis junto a los niños Dario y Jimena

El párroco José Luis junto a los niños Dario y Jimena Cedida por la parroquía a El ESPAÑOL Noticias de Castilla y León

Valladolid

El doble milagro que ha permitido que este pequeño pueblo de Valladolid celebre comuniones 15 años después

El hallazgo de una Virgen por casualidad y el nacimiento de una cofradía, piezas claves en este evento que ha llenado de felicidad al pueblo

25 mayo, 2024 07:00

El Campillo es un pequeño pueblo situado cerca de Medina del Campo. Tiene una población de solo 202 habitantes (INE 2023), pero también con una gran devoción. En gran parte gracias a que en los últimos años ha contado con uno de esos párrocos que disfrutan con lo que hacen y trasmite fe e ilusión: José Luis Rubio Willem, o lo que es lo mismo, don José Luis para todo el pueblo.

El pasado 18 de mayo de 2024 fue un día histórico para este municipio vallisoletano. Quince años después se volvieron a realizar Primeras Comuniones en la parroquia de la Asunción. Fueron Darío y Jimena los que trasmitieron toda la ilusión al pueblo. Y es que estas celebraciones religiosas son reflejo de que el sentimiento religioso sigue vivo, pero, sobre todo, de que el pueblo está vivo. Fue un día muy especial que todos los vecinos celebraron con entusiasmo. Un coro puso la nota musical con temas que son una delicia como 'Como no creer en Dios'. Estela, la madre de Darío, muestra su felicidad, y pone todo el mérito en la "ilusión" del párroco. "Es un gran hombre y con muchas ganas de hacer cosa, tengo otra hija que en tres años hará también la Comunión y me gustaría que también la hiciera con él", afirma.

Aunque es cierto que para haber llegado hasta aquí, hay que conocer otros ‘milagros’ que están ocurriendo en El Campillo en los últimos años. “Mi deseo es seguir creciendo con la misma felicidad que tenemos todos”, comenta el párroco a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.

De dar miedo a una cofradía

Cuando José Luis Rubio Willem llegó a El Campillo sintió algo especial. Un pueblo con pasado remolachero como Peñafiel, donde vivió desde pequeño. Por lo tanto, la química ya estaba en marcha. Desde el primer día sintió algo especial. En 2021 ocurrió lo que el denomina otra providencia, y este periodista, el segundo milagro. Una vecina le habló de una existencia de una talla escondida que “llevaba toda la vida” y que incluso era usada para “dar miedo” a los más pequeños del pueblo. Tapada con una bolsa y vestida con una casulla, cuando José Luis la vio lo tuvo bien claro. Eso era una virgen antiquísima, lo supo por la policromía de la cara y de los ojos. “Tenía señales y algunos detalles la delataban”, recuerda. Ante esto, no dudó en rezar una salve de desagravio y unos minutos de recogimiento. A partir de ahí, “se precipitaron los hechos”.

Una llamada de la Junta de Cofradías de la Semana Santa de Medina del Campo (Carlos García y David Muriel) se confirmó que esa era una virgen de los Dolores que había pertenecido a la antigua iglesia de la Veracruz y querían recuperarla. La restauración costó unos 1.000 euros y además, gracias a limosnas de los vecinos, se la vistió con diseños de Leopoldo Adiego Sanz y una corona de plata. Y posteriormente de ahí, surgió “una gran cofradía” cuando Henar Pozo se presentó en la iglesia junto a otro grupo de chicas del pueblo.

Fundada a raíz de la restauración de una imagen en 2022 por el nuevo párroco, un grupo de mujeres propusieron al sacerdote el fundar la cofradía de la Virgen de los Dolores. Las mujeres del pueblo se pusieron manos a la obra, se buscaron medallas, varas y estandartes para fundar la cofradía. Y es aquí donde surge otro milagro o providencia, que diría don José Luis, su padre y un tío fundaron una congregación similar en Granada. “Esto es providencia 100%”, insiste. Ahora mismo es una cofradía con mucha devoción en el pueblo formada por cerca de 40 cofrades, entre mayores y niñas.

"La providencia habla"

Don José Luis no cree en las casualidades para él es la “providencia que habla”. Conocer estas historias sirven, en su opinión, para poner en contexto las dos Comuniones que se han vivido esta pasada semana. “Cuando las cosas se hacen bien, tienen recompensa”, asegura.

La Cofradía de la Dolorosa de El Campillo celebra una procesión

La Cofradía de la Dolorosa de El Campillo celebra una procesión Cedida

A punto de jubilarse de parroquias (78 años), pero siguiendo activo en otras cuestiones, este párroco con un pasado atrás digno de libro cree que se ha dejado buen poso para que futuras generaciones y un nuevo párroco sigan el legado y las Comuniones den paso a bautizos y más celebraciones. “La gente puede estar tranquila porque se va a seguir la línea de estos últimos 16 años”, aventura.