VÍDEO | La infancia de León de la Riva y una coronación real arrancan los días centrales de las fiestas de Valdestillas

Llevan ya unos día de celebración, pero como cada 9 de mayo, Valdestillas se viste de gala este jueves para celebrar por todo lo alto el que es su día grande, el de la Virgen del Milagro y San Isidro Labrador. Vecinos y visitantes se han dado cita hoy en el gran acto protagonista de esta jornada en la Plaza de la Iglesia.

Unas fiestas que inician a partir de mañana viernes los días centrales y que se esperan con "mucha ilusión", según ha destacado el alcalde de Valdestillas, Alberto Sanz, en declaraciones a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León. "Hoy es un día muy importante, tenemos un pregonero de lujo, unas reinas de lujo y el tiempo nos va a acompañar", ha añadido.

El acto ha contado con una multitud de personas que poco antes de las 20:30 horas ya empezaban a abarrotar una carpa que se quedaría luego hasta pequeña, ya que fueron varias decanas las que tuvieron que disfrutar del acto de pie al quedarse sin silla.

El acto comenzaba con la tradicional coronación de la reina, rey, galán y damas, que entre aplausos y gritos iban llegando uno a uno hasta el escenario instalado en la citada plaza. Tras estos momentos de emoción y alegría, llegaría el turno para un invitado muy especial, el pregonero de las fiestas de Valdestillas 2024, Javier León de la Riva.

Un pregonero que para el alcalde de Valdestillas lleva la "impronta del valdestillano", además de ser una persona "respetada por todos" y un "ejemplo para mí en persona". "Cuando me le presentó su hijo dijo: 'mira padre, el alcalde de tu pueblo'. Eso es que se siente de aquí. Es una persona con arraigo, importante y que nos hará un buen pregón", ha subrayado Albero Sanz.

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El exalcalde de Valladolid ha recordado sus veranos en el pueblo vallisoletano hace más de 70 años, ya que De la Riva cuenta con pasado en Valdestillas. Tras un recorrido histórico, haciendo alusión a Miguel Delibes o Miguel Cervantes, quienes tienen presentes al municipio en sus obras, el exregidor pucelano ha hablado sobre los "muchos veranos" de su infancia y su juventud aquí.

Multitud de recuerdos en un amplio discurso que ha desatado las miradas cómplices de los más mayores del lugar, que con una sonrisa ratificaban entre ellos lo que León de la Riva contaba desde el escenario.

"Aunque a los jóvenes les suene a las 'batallas de un abuelo', a los mayores de la villa les resultarán familiares", ha señalado. De esta manera, De la Riva ha echado la mirada siete décadas atrás y ha recordado como, por ejemplo, acudía a buscar agua potable con cántaros a una de las "fuentes artesanas públicas" de las que había.

También ha se ha referido a los "baños" en el río Adaja, que estaba frente a su casa, y junto a una central eléctrica donde el río tenía mayor profundidad y donde "nosotros aprendimos a nadar" e incluso a "pescar barbos". Los paseos hasta la estación, donde "caía una botella de vino con gaseosa y unos puñados de cacahuetes", o las rutas en bicicleta hasta Viana de Cega son otros de los recuerdos que Javier León de la Riva ha rememorado.

Tras hacer un recorrido por personajes más populares de su época, como Don Martin o el clan de los Román, Julio y Félix, también se ha referido a quien fuera su predecesor en la Alcaldía de Valladolid, el socialista Tomás Rodríguez Bolaños, quien llegó a veranear en la casa de los parientes de De la Riva, los Núñez Arena, que alquilaban.

Su discurso ha finalizado con una "disculpas", especialmente a los jóvenes, por dejarse llevar por la "nostalgia". "Cuando uno va cumpliendo años, recuerda mejor aquello que está lejos en el tiempo, pero cerca en el corazón. Y cuando alguien me recuerda que es malo llegar a viejo, siempre le respondo que sí, pero que es peor no llegar", ha sentenciado, para seguidamente invitar, "como buenos castellanos", a celebrar "tomando un vino".

Tras sus palabras, Valdestillas se ha vestido de gala y se ha puesto los zapatos de bailar, ya que era el momento de iniciar la discomovida para arrancar una noche inolvidable en la villa vallisoletana, llena de alegría y diversión.