El vecino que lucha, con uñas y dientes, por su barrio
Un fiel defensor del soterramiento de la ciudad que se ha mostrado claramente en contra del centro de refugiados que planeaba con llegar a Valladolid
17 abril, 2024 07:00Noticias relacionadas
Luis Miguel Trapote es el presidente de la Asociación de Vecinos de Las Delicias. El vallisoletano, de 67 años, lleva en el cargo desde el año 2019, unos meses antes de la pandemia del coronavirus. Todo, en su apuesta, como defiende y explica a EL ESPAÑOL de Castilla y León, por “conseguir lo mejor para su barrio”. El de Las Delicias, que se ubica al otro lado del polémico muro, ese que se quiere derribar con el soterramiento.
Trapote ha sido, también, el azote del actual ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. De hecho, como confiesa a este medio, prepara autobuses para viajar a Madrid, al ministerio del exalcalde de Valladolid, para exigirle el tan ansiado soterramiento de las vías del tren.
A tal punto llegó el enfrentamiento con el exprimer edil del Ayuntamiento de Valladolid que el pasado 4 de abril de 2023, Puente expulsaba de la sesión plenaria del mes de marzo a este ciudadano que acudía como público.
Era María Sánchez, la concejala de Medio Ambiente de Valladolid Toma La Palabra la que se encontraba interviniendo durante una moción presentada por Vox para renegociar ese convenio del Soterramiento de 2017 de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad cuando, después de que el presidente de la Asociación de Vecinos de las Delicias le pidió al, por aquel entonces alcalde, que mirara el tiempo, Puente ordenó su desalojo. “Te quedan dos meses para irte al paro”, le espetaba Trapote a Puente, antes de ser desalojado.
Charlamos con él de ese episodio, de soterramiento, del Centro de Refugiados y de la situación de un barrio tan importante como Las Delicias en nuestro encuentro con un hombre único, por muchas cosas.
“La expulsión más tonta”
“Recuerdo esa expulsión de la que venimos hablando como la más tonta de todas. No hice crítica alguna ni pedí nada. La prepotencia del exalcalde le pudo. Recuerdo como el concejal de Vox se pasó un minuto del tiempo y le cortó. Sin embargo, no hizo lo mismo con la intervención de María Sánchez que se pasaba en más de tres minutos”, explica Luis Miguel Trapote.
El presidente de la Asociación de Vecinos de Delicias recuerda ese episodio como si hubiera sido ayer. De hecho, acaba de cumplirse un año, que no es tanto tiempo, pero en ese lapso han pasado muchas cosas. Puente ya no está, al menos de cuerpo presente, aunque su runrún se siente, a diario, en el consistorio vallisoletano.
Nuestro entrevistado apunta que cuando abandonaba la tribuna, el por aquel entonces alcalde, “seguía con mitin contra mi persona” y fue cuando le dijo “menos mal que en dos meses te mandaremos al paro”, añade. “Lo que ignoraba es que le estábamos mandando al Ministerio de Transportes para seguir haciendo daño a nuestra ciudad”, apunta Trapote.
“No tengo nada personal contra Óscar Puente. Solo digo que, a nivel político, engaño a todos los vallisoletanos con unas promesas firmadas ante notario y con las asociaciones vecinales y, cuando llegó la hora de la verdad, se alió con Podemos y Valladolid Toma la Palabra y bajarse los pantalones ante Manuel Saravia, el concejal de desurbanismo, que no quería soterrar”, apunta.
El soterramiento y el centro de refugiados
Luis Miguel Trapote es un fiel defensor del soterramiento de la ciudad, pero no es muy optimista a la hora de conseguir que el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible dé su brazo a torcer para abordar este proyecto.
“Creo que la batalla está perdida y vendida a los caprichos del anterior concejal de Urbanismo, Manuel Saravia. Una vez que los dos culpables de esta destrucción del progreso de Valladolid ya no están, ahora recomendaría al ministro que, al menos, se siente a hablar con el nuevo equipo de Gobierno y que se pueda reconducir la situación y afrontar el soterramiento”, añade nuestro entrevistado.
Luis Miguel Trapote también se ha mostrado tajantemente en contra del Centro de Refugiados que iba a aterrizar en la ciudad, concretamente en una parcela que se ubica justo enfrente del Hospital Universitario Río Hortega en la calle Dulzaina.
“Hemos dicho que no al centro de inmigración en Las Delicias porque el barrio, debido a las barreras de las vías del tren y también a la inmigración, se está convirtiendo en un gueto. No es que yo me haya salido con la mía, ha sido una decisión de los vecinos y vecinas del barrio de Las Delicias y de Nuevo Hospital”, explica el presidente de la Asociación de Vecinos de Delicias.
Ahora se muestra “aliviado” después de que el Gobierno haya descartado la construcción del centro en la ciudad pucelana.
Peticiones para Las Delicias
Sobre el nuevo equipo de Gobierno de PP y Vox, Trapote confiesa que “está trabajando bien” aunque, añade, que “será a partir de que cumplan un año cuando se podrá valorar su labor “al cien por cien”.
“Falta la máquina que limpie toda la suciedad provocada por las palomas. A nivel de movilidad, echamos de menos que se cuiden más los pasos de peatones. También pedimos que se miren las terrazas. Muchas se comen los bancos donde los vecinos aprovechan para relajarse y disfrutar”, argumenta a modo de peticiones.
También piden al Ayuntamiento que “vuelva a ceder a Sanidad los terrenos de la empresa Enertec, para la creación de un centro de salud” ya que, asegura, “se espera que, con las nuevas viviendas de Farnesio, Arcas Reales y la Ciudad de la Comunidad se superen las 6.000 tarjetas sanitarias”.
“Sería el estrangulamiento de nuestra sanidad en Delicias, algo que no vamos a permitir. Espero que nos reciban pronto en el Ayuntamiento para solucionar esta situación”, afirma Trapote.
“Nuestro objetivo, mirando al futuro, pasa por conseguir ser un barrio en el que no haya discriminación y que eliminemos el muro de la vergüenza. Queremos seguir mirando por las personas más vulnerables. Que todos los accesos, como rampas, escaleras y demás, se adapten a sus necesidades. Por eso estamos también en contra del muro y a favor del soterramiento”, finaliza Trapote.