Flores con premio
El primer trabajo de nuestra protagonista fueron los adornos florales que confeccionó para la iglesia en la boda de su hija
12 marzo, 2024 07:00Noticias relacionadas
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La Diputación de Valladolid entregaba, hace unos días, los Premios Ecoempleo 2023, unos galardones que tienen el objetivo de reconocer proyectos innovadores que promuevan la generación verde, también el consumo eficiente y, por último, la movilidad inteligente y lo ecosistemas sostenibles.
En dicha entrega de premios, en la que estuvo presente el diputado de Empleo, Desarrollo Económico y Reto Demográfico, Roberto Migallón, también se concedieron dos menciones especiales, una de ellas para el proyecto Ribera de Castronuño Sociedad Corporativa, gracias a un proyecto que lleva el nombre de ‘Caminando entre Flores’.
Se trata de un proyecto de elaboración y comercialización de creaciones florales propias entre las que destacan diferentes ramos simples, también centros, que usan envases y que aprovechan diferentes materiales reciclados para fomentar la economía circular. Lo que ha hecho que consiga una mención, en los premios repartidos por la institución provincial, muy valioso.
Los adornos florales para la boda de su hija y un comienzo
“Mi trabajo en el campo me dio la posibilidad, primero, de admirar la belleza de las flores y plantas. Después, de recogerlas y secarlas. Más tarde, con materiales diversos que tenemos guardados por casa, junto con residuos como vidrios, latas y demás, conseguir su reutilización para adornarlos con esas flores y llevar la belleza del campo a nuestras casas”, asegura María Fe Hernández Alonso.
A sus 56 años, ella es la presidenta de Ribera de Castronuño Sociedad Cooperativa desde hace cuatro primaveras. El primer trabajo que llevó a cabo fue el de los adornos florales de la iglesia para la boda de su hija. “Se sorprendió tanta gente que empezaron a hacerme encargos. Desde ahí, arranque para dar el pistoletazo de salida a un negocio que era complemento a mi trabajo agrícola”, asegura nuestra entrevistada.
La idea surgió hace un año. Ahí fue cuando nuestra protagonista fue haciendo pequeñas cosillas en lo que preparaba la tienda para abrir, poco después. El proyecto completo consta de dos partes: una tienda con sus productos y otra zona en la que combina tanto artesanía, como gastronomía y vinos. Con el fin de cubrir un poco el mercado turístico con el que cuenta Castronuño.
Por otro lado, se encarga de realizar visitas guiadas a una bodega histórica que es de su propiedad en la que se ubica una galería de ataque, probablemente del año 1476, que cuenta con un pozo de escucha y un manantial. El paso del tiempo ha dado lugar a la formación de una escalera que conserva restos de minerales solidificados con, además, estalactitas y estalagmitas.
Materiales reciclados para los centros florales
“Nosotros utilizamos distintos materiales reciclados para crear nuestros centros florales. Botellas, frascos, tarros de cristal, latas y cajas de CD que van adornados con sacos, visillos, servilletas bordadas, cordeles o cajas de madera. Lavamos bien los recipientes y quitamos las etiquetas y demás. Las telas las lavamos, planchamos y recortamos para que los elementos con flores queden perfectos”, asegura Mari Fe.
Centros para eventos con coronas hechas con cajas de CD en Navidad. Tarros decorados con la Miel de Amable de Castronuño. Todos los objetos a mano tienen cabida para ser decorados con las más preciosas flores en un paraje y un marco único e incomparable como es la localidad vallisoletana.
“Estoy muy ilusionada por mí y por dotar a Castronuño de un servicio más. Cuento con tres trabajadores en el campo y uno en este nuevo proyecto, pero con el apoyo, por detrás, de unas personas maravillosas sin las cuales esta idea no habría sido posible. Estoy muy contenta y feliz”, añade Mari Fe.
Tiene que ser muy gratificante el hecho de nacer en un pueblo y saber que le estás dando un buen servicio ofreciendo algo que nadie más tiene. Chapeau.
Una mención especial para seguir creciendo
“La mención especial en los Premios Ecoempleo de la Diputación me anima a seguir trabajando y revaloriza mucho mi trabajo. Me hace ser más exigente con lo que hago”, añade con una sonrisa en la boca Mari fe, tras recoger hace poquitos días este merecido premio.
En esa labor por la conservación del medio ambiente, al recoger las flores por el campo, aprovecha también para eliminar toda la basura que se va encontrando por el camino. Incluso, llega a reciclar. Al recolectar flores silvestres, su trabajo depende mucho del clima y, sobre todo, de las lluvias.
“Quiero concienciar a la gente del problema de tirar la basura a la naturaleza para que la recojan y esos envases me los entreguen a mí. Ya lo están haciendo y me siento muy gratificada”, añade nuestra protagonista.
El objetivo y el deseo que se plantea la cabeza visible del proyecto ‘Caminando entre flores’ pasa por continuar avanzando e, incluso, ampliar plantilla y conseguir, poco a poco, que “la sostenibilidad y el ecologismo dejen de ser noticia” para “pasar a ser una forma de vida”, finaliza.