Despedida de las clarisas al Cristo de la Agonía
La segunda procesión del Jueves Santo en Salamanca partió a las 20:00 horas de Las Úrsulas. El tiempor ha permotido que fuera la despedida de las monjas clarisas al Cristo de la Agonía, pues abandonarán el convento el próximo 9 de abril. Este Jueves Santo han visto por última vez a la Seráfica Hermanda. Eso sí, en un recorrido acortado, que no llegó a la Catedral ni la Plaza Mayor debido a la amenaza de lluvia a partir de las diez de la noche, como así sucedió.
En esta procesión los hermanos visten túnica de lana blanca con botonadura y cíngulo morado, capa blanca y capirote de seda o raso morado con el anagrama de la hermandad al frente y borla en el remate posterior, guantes blancos y zapatos negros con hebillas plateadas.
Su paso principal es el Santísimo Cristo de la Agonía, que Damián Villar realizó en 1959 de inspiración Neorrománica para sustituir al Cristo del Perdón, que entonces no procesionaba, pasando a sustituir a su vez esta imagen contemporánea al Cristo de la Agonía desde 1975, al denegar la Venerable Orden Tercera el permiso para desfilar con la talla de Pérez de Robles.
Estuvo acompañado por Nuestro Padre Jesús del Prendimiento, realizado también por Damián Villar en 1948, que representa el momento en que Jesús es prendido en el Huerto de los Olivos. Consta de cinco figuras, siendo el centro de la composición Jesús y Judas besándole, que es completada con el sayón que tira de la cuerda que ata a Jesús, un soldado romano y San Pedro con la espada en la mano.
Otro paso es el de Nuestro Padre Jesús ante Pilatos. Francisco González Macías realizó un grupo escultórico en 1947 recogiendo el momento en que Cristo, señalando al cielo exclama, “Mi reino no es de este mundo”, mientras Anás y Caifás abandonan el pretorio. De corte contemporáneo se aparta de la estética más frecuente de la escuela castellana de imagineros.
Finalmente, está la Virgen de los Dolores. En 1939 Inocencio Soriano Montagut realiza una nueva Dolorosa de magnífica factura, tomando como modelo a una popular salmantina, Doña Romana Serra, motivo por el cual la imagen se denomina popularmente 'La Ramona'. Las manos las tomó de Doña Andrea Rivas, Miss Salamanca 1933. Probablemente esta imagen constituya la mejor aportación escúltorica a la Semana Santa salmantina en el s. XX. Figura de gran tamaño y de estilo clásico. Realizada en madera y policromada con fondos de oro que hacen destellar los estofados.