Hoy 15 de Junio se cumplen 47 años de las primeras elecciones generales y si sumamos el periodo desde la muerte del dictador en 1975, estamos al borde del medio siglo en que el pueblo español empezó a recuperar su libertad plena. Una libertad que como dijo un ejemplar luchador como fue Toussaint Louverture, definido como 'el Espartaco negro': "Es un derecho otorgado por la naturaleza".
Sin embargo, algo tan natural tardó en llegar y hasta la citada muerte del llamado caudillo, no nos llegó, acabando con la excepción española, ya que no ibérica, pues nuestro vecino Portugal nos había señalado el camino poco antes con su triunfal "revolución de los claveles".
Los que vivimos y participamos en aquellas elecciones del 77, recordamos como imborrable la ilusión y el civismo del pueblo español que eligió con toda naturalidad a los diputados y senadores como si fuera algo habitual y sin incidentes de tipo alguno.
Recuerdo que en un artículo que escribí para Sábado Grafico, donde colaboraba habitualmente, conté alguna anécdota que a su vez me transmitió José Bergamín, también colaborador entonces del semanario, respecto a las elecciones de la Segunda República, las últimas celebradas y como el clero y las monjitas hacían cola ante las mesas electorales llenas de perplejidad y no poco miedo.
Hoy, hasta algunas monjas como ciertas clarisas, se rebelan para exigir sus derechos frente a la jerarquía católica, por lo que ¿qué no van a hacer tantos "insurrectos" en unas llamadas redes sociales donde los insultos y las diatribas son el pan de cada día? No solo se amenaza con prisión al presidente del Gobierno, sino que el que lo hace ha tenido más de 800.000 votos e irá con dos colegas al Parlamento Europeo con tan atractivo programa.
En fin, no nos rajemos las vestiduras pero lo que si es cierto es que de aquel modélico 77, muchas cosas han cambiado, la mayoría para bien,, pero otras, sin duda, son manifiestamente mejorables, como las fincas a expropiar de aquel entonces.