La pobreza se pongan como se pongan siempre será pobreza, y la aspiración a mejorar económica y socialmente es la única forma de hacer próspero un país. No son más que las ideas que hicieron posible el imperio español. La última moda de no poder irte de vacaciones no es más que la foto de la miseria mental, económica y social en la que vivimos y nos quieren hacer creer que debemos vivir.
 
Hay mucha miseria mental en la sociedad actual en todos y cada uno de sus aspectos. Desde los trastornados a todos los niveles que se nos quieren hacer ver como normales, antes encerrados en psiquiátricos por el bien propio y de los demás, hasta en los dirigentes que no luchan o que miran de lado problemas como el del agua. En Castilla y León Toro ha tenido y tiene que sufrir el problema del arsénico en su agua potable, como antes otras ciudades, desde hace un año. En Salamanca y Zamora este verano el problema del herbicida en el agua que afecta a 140 pueblos llenos de veraneantes, pero no es que ahora el agua no sea potable, es que durante años no lo ha sido por culpa de agricultores que no saben como utilizar los herbicidas. Nadie habla de los purines incontrolados abonando la tierra, con las moscas que luego generan, olores aparte, ni de los abonos enterrados a profundidades que las plantas no aprovechan y van a parar a los acuíferos. ¿Quiénes son los responsables? ¿Quiénes pagan los platos rotos? Como siempre la salud de los que menos culpa tienen y que se levantan por la mañana a trabajar ajenos a que los están envenenando por el grifo.
 
La desidia, la miseria mental, la soberbia de muchos políticos junto con la ignorancia de estos mediocres inoperantes activos, que no deja lugar a la realidad ni a gente más responsable y preparada son los culpables. Tenemos los votos ahora a dormir cuatro años. Cada vez está más claro que no se gobierna para el bien común sino para la foto y para ser el más importante en la barra del bar y hacerse sitio en una sociedad cada vez más miserable.
 
Vamos comprando y subvencionando a Marruecos pero no importa tampoco que España haya perdido 18.500 agricultores y ganaderos autónomos en los últimos siete años. Unos 2600 por exceso de burocracia y falta de rentabilidad. Se va fomentando la España vaciada gracias a dirigentes que no saben donde tienen la mano para limpiarse. Así las cosas estamos asistiendo a la desintegración de un partido caracterizado por el desclasamiento fulgurante de sus dirigentes y la sectaria inoperancia de sus cuadros para gobernar y hacer leyes que ha acabado por la triste realidad de un ERE. El tiempo pone a cada cual en su lugar.
 
Hace años nos creímos lo de los CFC y la capa de ozono. Nos psicotizamos con el ecologismo cambiando frigoríficos, aires acondicionados y tirando los botes de laca para el pelo. Nos volvieron gilipollas con la ciencia estafa. El último capítulo es el cambio climático y que haga calor en verano. A mi edad se recuerdan los veranos secos y tórridos de España mucho más que los de ahora y los inviernos mucho más extremos durante muchos más días. Los incendios de antes se limitaban a terrenos que había que recalificar para construir, los de ahora parece que sirven para la recalificación en terrenos para energías renovables. Nada cambia.
 
El camino más rápido para el colapso es el bajo nivel cultural, del de verdad que da capacidad para trabajar y el análisis de los acontecimientos, el confundir el fenómeno de los refugiados con la inmigración económica. Un poder público miserable complaciente con el desorden y el delito. Una sociedad desgarrada sin resortes que ha dejado llevarse por unas diferencias regionales inventadas hace cuatro días y por una falsa teoría de las sociedades abiertas. Una nación es una nación y nadie salvo sus nacionales la van a saber defender. Toca abandonar la miseria espiritual además de la económica.